En el corazon de nuestra cuidad, en pleno centro, en el paseo Latorre, se encuentra nuestro querido Teatro Pompeya. Es todo un monumento arquitectónico para una ciudad como la nuestra, data de 1926 y ha sobrevivido a terremotos, inviernos, el paso del tiempo y la tecnología. Y pensar que yo iba a ver peliculas a este teatro, a ver obras (me entro la vejez y la nostalgia). Don Domingo Composto fue quien encargó a los arquitectos Aquiles Landoff (chileno) y Renato Schiavon (italiano) la construccion de este imponenete escenario. Su idea era que "la cultura tuviera aquí un santuario, las familias un sitio digno de ellas, el arte su templo, y la oportunidad de poder decir a sus hijos, a sus huéspedes y a sus visitas, aquí tenéis una sala de espectáculos que nada se desdice de las que tienen las grandes ciudades". Y así fue. Hace ocho décadas $500.000.- era un dineral, ese fue el precio que pagó el señor Composto a losmismos arquitectos del Teatro Municipal de Viña del Mar. Para entender la generosidad del señor Composto, conoscan algo mas de su vida. En 1901 don Domingo Composto Celli llega a Chile, tenía 23 años y venía desde la ciudad de Milazzo, en la isla de Sicilia. Venía a trabajar a la firma Bernardo Costa y Cía. de Valparaíso. A su llegada se radicó en Valparaíso, donde conoció a Rosalina Scarpati, una joven porteña con la que contrajo matrimonio a los 29 años de edad. A Domingo Composto le fue muy bien en los negocios, tan bien, que forjó una fortuna y en 1914 se fue junto a su familia a un pueblo del interior de Viña del Mar "casi una aldea, de construcciones bajas y escasas, llamada Villa Alemana". Luego de 11 años y de haber participado en la obtención de la luz eléctrica y el agua potable para la comunidad, el italiano tenía una serie de propiedades, entre ellas se encontraba una manzana que fue siniestrada por un incendio y que se ubicaba en el centro de la ciudad. Fue ahí donde decidió instalar el teatro que tiene una capacidad para 500 personas. Según consta en la publicación del diario El Mercurio de Valparaíso del domingo 26 de septiembre de 1926, Domingo Composto en su discurso inaugural señaló "es vuestra sala; es para vosotros todos, tomadla bajo nuestra protección, dispensadle cariño y no le despenéis vuestro afecto". Y continuó "aquí señoras y señores no sólo tendréis una sala para el esparcimiento del espíritu, tan necesario después de las fatigosas tareas del día. Aquí tenéis una casa propia para vuestras veladas sociales, para vuestros actos culturales, para todas aquellas manifestaciones en que los habitantes de esta hermosa ciudad requieran hablar desde lo propio y expresar su voluntad de soberanos de la opinión". Su época de oro fue entre los años 40 y 50 y se comenta que en el lugar se presentaron la Orquesta Sinfónica de Chile y Pablo Neruda, además de importantes compañías de teatro. Un dato anecdótico es que actualmente está arrendado a la municipalidad, su dueña aún es la familia Composto. Pero volvamos al Teatro. Según se relata en el texto "El Teatro Pompeya en el Siglo XXI", la construcción tiene un estilo ecléctico propio de comienzos del siglo XX, mezcla elementos neoclásicos y del art nouveau con elementos de la arquitectura tradicional chilena, lo que le da esa imponencia que se mantiene hasta hoy. El Teatro esta construido en sus muros con una tabiquería de pino oregón y relleno de adobillo, la techumbre se hizo en cerchas reforzadas con tirantes metálicos y abrazaderas apernadas, la arquería de medio punto que conforma los portales es de albañilería de ladrillos y posee pequeños contrafuertes en sus extremos: el cielo aparece tratado con un envigado a la vista de pino oregón. Hoy, esta cerrado. Un total de 10 millones 500 mil pesos se requieren para reparar los daños estructurales que presenta. Los principales problemas están en los pilares del muro posterior de madera del teatro, ocasionados fundamentalmente por la humedad y el paso del tiempo, las fallas en el entarimado del escenario y en sus pilares, necesita reparaciones en el estuco de las paredes del recinto y las puertas de escape. Una luz de esperanza se abre para nuestro Teatro con la Primera Escuela de Oficios Patrimoniales que desarrolla el Fosis desde el 2001 y que en Villa Alemana significó la inversión de 15 millones de pesos que se sumarán a los 6 millones que aportó la municipalidad para la reparación. Serán 15 jóvenes de entre 19 y 24 años, Villaalemaninos, que aprenderan un oficio que les permitirá optar a fuentes laborales estables, a través de la metodología "aprender haciendo". La capacitación se realizará a través de Inacap en tres áreas: formación para el trabajo, taller de desarrollo de capacidad emprendedora y carpintería, yesería y pintura. Además, los beneficiados podrán acceder a un subsidio de 130 mil pesos para comprar herramientas o materiales que les permitan trabajar también de manera independiente. Y una vez restaurado, se baraja la opcion de tenerlo como Cine Arte. Mientras permanesca vivo, activo, imponente, siempre sera nuestro querido Teatro Pompeya. FUENTES Y FOTOGRAFIA: Diaros regionales de Valparaíso, El Mercurio y La Estrella.
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